El trabajo de Santiago Sierra se ha caracterizado por mostrar situaciones donde la supervivencia es un elemento fundamental. Traduce en la práctica artística los aspectos inhumanos del sistema económico, de los mecanismos de corrupción y la explotación laboral del individuo. Enlaza diversas referencias con la realidad directa para explorar y representar el mundo del trabajo, articulando una postura crítica ante las propias relaciones del mundo del arte y sus agentes.
En los noventa sus proyectos se dieron a conocer por establecer sistemas de negociación con terceros para llevar a cabo acciones -generalmente ocupando un espacio público- para evidenciar los procedimientos materialistas relacionados con la violencia sistémica del capitalismo y las condiciones de trabajo que de ésta se generan. Este cuerpo de obra ha cuestionado el funcionamiento de las estructuras institucionales, el control sobre el espacio publico, el surgimiento de arquitecturas informales en el paisaje urbano asociadas a formas de supervivencia; las condiciones de desuso y desecho no sólo desde el punto de vista de lo material sino también aplicado a los individuos como reflejo de los contrastes sociales.