Jill Magid inaugura una instalación inmersiva de un año de duración en Dia Bridgehampton, Nueva York, que se podrá visitar desde el 25 de julio hasta el 6 de junio del 2021. La práctica de Magid interroga estructuras de poder en un nivel íntimo, explorando las tensiones emocionales, filosóficas y legales que existen entre las instituciones y la agencia individual. Para su exposición en Dia Bridgehampton, la artista conceptual, escritora y cineasta Jill Magid, presenta la serie Homage CMYK (2019), en la que extiende su investigación del archivo y alrededores de Luis Barragán. “Su comprensión íntima y la reinterpretación de esta imagen es a la vez reveladora y poética” dijo Jessica Morgan, directora de Dia Nathalie de Gunzburg.En diálogo con la instalación permanente de obras de luz fluorescente de Dan Flavin en el segundo piso del edificio, las superficies luminosas de Homage CMYK ponen en tela de juicio la autoría, la influencia y cómo un objeto cambia en relación con su contexto a través del tiempo. La serie Homage CMYK, toma como punto de partida dos impresiones derivadas de la icónica serie de Josef Albers, Homage to the Square (1950–75). En la biblioteca y sala de estar del arquitecto mexicano Luis Barragán en su casa de la Ciudad de México, famosa por la interacción de luces y sombras en las paredes geométricas y de colores brillantes, se encuentran copias de la serie de Josef Albers. Sustancialmente diferentes de las pinturas al óleo originales, las reproducciones publicadas de los Homages en este entorno doméstico magnifican los efectos cambiantes de la luz natural y artificial en las superficies de las falsificaciones. Para Homage CMYK, Jill Magid escaneó las reproducciones fotográficas, recortó las obras sesgadas y las manipuló nuevamente en su formato cuadrado previsto. Finalmente las imprimió en su tamaño y soporte originales, esta vez en capas con múltiples procesos de reproducción, incluida la impresión comercial, la fotografía, publicación de libros y Photoshop.“Las superficies de Homage CMYK se superponen a varios autores y temporalidades sobre una sola imagen», dijo Matilde Guidelli Guidi, curadora de la exposición, «La ética de compartir la propiedad sobre una imagen, revelada por la relación entre Albers y Barragán, abre un espacio para que Magid se inserte y entreteja un interrogatorio de los derechos de propiedad intelectual en estas obras bellamente texturizadas.»"