Labor se enorgullece en presentar DELIRIO, la nueva performance y exposición individual de Héctor Zamora. La acción performativa se celebrará únicamente el 7 y el 9 de febrero a las 12pm en la galería, durante la semana del arte en la Ciudad de México.
Héctor Zamora (Ciudad de México, 1974) es un constructor de contradicciones que generan sentido y despiertan la mente para que el espectador descubra lo que velan las apariencias. Al llegar a LABOR se impone una intervención monumental en la fachada, en lugar del habitual verde menta que la caracteriza. Nos encontramos con un irónico mural rotulado con la frase “Modelo Económico”. Por un lado, plantea un cuestionamiento directo al mercado del arte, una reflexión sobre las transacciones comerciales que ocurren en una galería. Por otro lado, es una referencia a la gran adaptabilidad de la desbordante economía informal que mantiene a muchos mexicanos a flote —fuera del sistema—, permitiendo que la economía del país sobreviva.
El lirio acuático ha servido a Héctor Zamora, desde su proyecto para la 27a Bienal de São Paulo en el Lago de Ibirapuera en 2006, como base para plantear una investigación sobre la relación entre nosotros como seres humanos y las plantas, como parte de la naturaleza. En esta ocasión, el artista mexicano pone de relieve las múltiples contradicciones que supone la presencia del lirio acuático en Xochimilco —introducido por Carmen Romero Rubio en 1897, la mujer de Porfirio Diaz, como planta ornamental.
Es una temible plaga y, a la vez, una hermosa planta flotante que purifica el agua mediante la absorción de metales pesados. Especie nativa del Amazonas, seduce por su gran belleza, pero, al ser domesticada en otro hábitat acuático como el de Xochimilco, sin salida al mar, invade y altera gravemente el ecosistema, volviéndose contra la población de especies locales.
La paradoja es que los vendedores de lirio acuático, inmersos en el ambulantaje endémico del comercio informal mexicano, actúan como agentes ambientalistas involuntarios, controlando la sobreabundancia del lirio –el cual posee una gran capacidad de reproducción en aguas contaminadas. Una vez seleccionadas por su belleza, estas plantas son transportadas sobre las cabezas de los vendedores ambulantes en una tina con agua para mantener la planta acuática viva y comercializarla en las calles de la ciudad como planta de ornato.
Esta nueva propuesta expositiva y performativa de Héctor Zamora, involucra el despliegue de siete lagos con estructuras octogonales que contienen lirios acuáticos flotando en su superficie, y la comparecencia en la galería de los vendedores ambulantes de Xochimilco portando sus coronas de lirios.
Con este proyecto, el artista hace emerger en LABOR la belleza que alimenta y asfixia, rinde homenaje a los sistemas económicos sur-realistas de sobrevivencia y nos confronta con la naturaleza que delira y nos interroga.
